NO DEJES DE VER…
Todo lo que puedes encontrar en cualquier guía turística: Plaza Mayor, Universidad, Catedrales, Casa de las Conchas, Clerecía, Dominícos, Palacio de Monterrey, Museo Art Nouveau y Art Deco en Casa Lis…, pero desde aquí te recomendamos especialmente:
Sus joyas románicas. Salamanca es gótico, renacimiento, plateresco y barroco, pero también románico: de los ocho templos, los más singulares, además de la Catedral Vieja, son los de San Marcos y Santo Tomás Cantuariense.
Sus joyas modernistas. Aunque no puede compararse con alguna capital vecina como Zamora, puede presumir de edificios y construcciones como Casa Lis, Mercado Central, Birdland Bar (en Gran Vía), Puente Nuevo o de Enrique Estevan, Plaza de Toros de La Glorieta…
La iglesia barroca de La Purísima: la mejor pinacoteca de la ciudad, con magníficos cuadros de la escuela barroca napolitana y un original retablo de mármol presidido por la Inmaculada de José Ribera.
La capilla del Cristo de los Milagros: merece la visita por su artesonado mudéjar del Siglo XVI y la imagen del Cristo del XIV
Sus claustros: Las Dueñas, Casa de las Conchas (visita gratuita), Escuelas Menores ( gratuito. No perderse el Cielo de Salamanca), Palacio de Anaya (gratuito), Hospedería de Anaya (gratuito), Colegio de Los Irlandeses, Dominicos, Catedral Vieja, Claustro Herreriano de la Pontificia…
Sus vistas aéreas: desde la torre de las campanas de la Catedral Nueva (Exposición Ierónimus) y desde las torres de la Clerecía (Porta Coeli). En verano se puede ver la ciudad de noche.
Sus rincones con encanto: Patio Chico, Jardín de Calixto y Melibea, Plaza de Anaya, Plaza de las Agustinas, El Corrillo, Ursulas, Plaza de la Libertad, Plazuela de San Benito, Campo de San Francisco.
NO DEJES DE PASEAR LA CIUDAD…
Por lo menos dos veces: una de día y otra de noche. Afortunadamente el barrio antiguo está habitado y se puede pasear a cualquier hora sin ningún problema. Los dos pueden comenzar o terminar en la margen izquierda del Tormes, a la vera del puente romano. Ahí podrás hacer las fotografías panorámicas más bonitas de la ciudad.
Si el día es soleado comienza el paseo al atardecer, en dirección al río, de manera que puedas apreciar el color de la piedra de los edificios con el sol de la tarde (no perderse la fachada de la Universidad). Cruza el Tormes por el puente romano y mira a tu espalda de vez en cuando para ver caer el sol sobre las catedrales. Mientras anochece relájate tomando una cerveza en la terraza del bar La Pachamama, entre el puente romano y el puente de hierro (junto al embarcadero). Disfrutarás de las dos mejores vistas nocturnas de la ciudad, una real y otra la que se refleja en el agua remansada del río.
A la vuelta, ya de noche, acércate al mirador del comedor universitario en la Vaguada de La Palma (antes Barrio Chino). La vista nocturna de las torres de las Catedrales, Clerecía, Universidad Pontificia e Iglesia de la Purísima merece la pena.
NO DEJES DE TAPEAR EN…
Toda la ciudad.
Con cada consumición de cerveza o vino se sirve un pincho de entre todos los de la barra. En realidad se puede comer de pinchos. Se ha hecho famosa la ruta del colesterol en la calle Van Dick. Un poco diferentes a los demás de la zona son el bar Saint Galle (patatas bravas, chanfaina, tostas impresionantes, sobre todo la de queso de cabra con tomate y miel), el Patio de la Abuela (buenísima jeta), el Café de Chinitas (barra inmensa), Santi (todo rico: lo mejor el escabeche y el montadito de jamón ibérico), Las Navillas (buen queso y vino)…
Si tuviéramos que hacer una lista de los pinchos más típicos sería parecida a la siguiente:
1.- Jeta de cerdo asada o frita
2.- Farinato y morcillas variadas
3.- Chanfaina de arroz con sangre y menudillos de cordero
4.- Patatas meneás o revolconas
5.- Resto de pinchos al colesterol: jamón, costillas, lomo, solomillo, secreto, pluma…
En el centro de la ciudad se tapea igual pero más caro. En la calle San Pablo, en el bar Colón, se comen los mejores callos de la ciudad. En la Calle Meléndez puedes encontrar ambiente universitario en Erasmus, en Delicatessen, Ruta de la Plata, El Corrillo (música en directo), Alcaraván, Salamanca Cofee, El Bardo. Más todavía si te internas en las calles Libreros (Ave, Corral de Guevara), La Latina (Puccini) o Serranos (Mandala, Quijote) y, por supuesto en la cafetería de la Hospedería en la Plaza de Anaya, conocida como “Las Caballerizas”.
El centro está plagado de restaurantes caros y baratos (de precio medio quedan pocos). La moda del “gastrobar” también ha llegado: Vida y Comida y Lili Cook, en Plaza de Santa Eulalia son de precio moderado y de calidad. Tapas 2.0, El Reloj de la Plaza, Plaza 23, Tapas de Gonzalo, Revolutum, Doze… Cuidado con los precios en este tipo de bares y restaurantes: detrás de una cocina elaborada puedes encontrarte un “sablazo”.
Comida italiana de calidad la encontrarás en Bella Blue, en c/ Pollo Martín, La Tarantella en c/ Compañía y Rugantino, al lado de la iglesia de San Marcos.
Si quieres tomar una cerveza o un café tranquilamente y no te importa el precio, puedes hacerlo en cualquier terraza de la Plaza Mayor. También tienes la opción de comprar un helado y degustarlo sentado en el suelo de la plaza como hace la chavalería.
Un momento especial sería tomar el café o la cerveza (hay que pagar la entrada al museo) en la cafetería de Casa Lis. Su mobiliario de época y las vistas de la ribera del río a través de las cristaleras modernistas lo compensan.
NO DEJES DE COMPRAR…
El hornazo, merienda típica del Lunes de Aguas, se puede comprar todo el año en cualquier pastelería, tahona o panadería. Los de la pastelería La Industrial en c/ Rúa Mayor son recomendables. Son famosos los de pastelerías Gil y la Madrileña.
Las tiendas de venta de jamones y embutidos ibéricos proliferan en toda la zona turística. Para consumir in situ es recomendable el bocadillo de jamón en Viandas de Salamanca en Plaza del Corrillo.
En la zona comercial de la calle Toro y calle Zamora encontrarás lo mismo que en tu ciudad. Llama la atención por su arquitectura la tienda de Zara en la Plaza del Liceo, construída sobre la antigua iglesia barroca de San Antonio el Real. Si tienes suerte, en esta misma plaza, podrás disfrutar de la música de Michael, un violinista callejero entrañable para los salmantinos.
En la Rúa Mayor se concentran todas la tiendas de recuerdos. Salvo la famosa rana y la orfebrería charra en plata y oro podrás comprar lo mismo que en Córdoba o Praga.
Si quieres algún recuerdo especial podrás adquirirlo en las tiendas de la Universidad (Mercatus), al lado de la Catedral Nueva, y en la tienda del museo Casa Lis.
Si decides venir, disfruta de la ciudad más bonita y acogedora que puedas imaginar (ver vídeo)
Esto empieza a animarse. Mi granito de arena.
ResponderEliminarLas lágrimasdel Berisa están de muerte.
Gracias por el primer comentario. Tiene que haber más sugerencias sobre todo lo que se ha escrito sobre la ciudad, sus bares, restaurantes, etc...
EliminarLo interesante sería ir completandolo para que cualquiera que quiera venir, en este caso a Salamanca, tenga una visión completa de lo mejor de la ciudad desde un punto de vista práctico.