Si vienes a ... ÁVILA


Si vienes a….                                  ÁVILA
ÁVILA es la ciudad donde se encuentran el patrimonio, la historia y el arte, la gastronomía, la fiesta y la mística, la cultura y la naturaleza. ÁVILA es ciudad medieval, de las tres culturas, del Patrimonio Mundial, de la Red de Juderías. ÁVILA es una ciudad actual, que se une a la modernidad, a la calidad turística, al confort y a la vanguardia, al turismo accesible y social.
Murallas, casas, palacios, templos, conventos, configuran el rico patrimonio artístico de la ciudad, fruto de un enriquecedor pasado histórico protagonizado por las culturas que en ella convivieron. Historia, arte, mística, tradiciones, gastronomía, naturaleza, se aunan para ofrecer una enriquecedora estancia en Ávila.
La imagen de la ciudad medieval viene configurada por sus murallas, que en el caso de Ávila son mucho mas que una representación simbólica, es el monumento que la explica y la configura.
En el siglo XVI la ciudad conoce su máximo esplendor, es la ciudad de la mística y de la espiritualidad, su mejor exponente es Teresa de Cepeda y Ahumada. Si hacemos un recorrido teresiano iremos del gótico al renacimiento, del manierismo al barroco a través de la vida y obra de nuestra Santa más universal.
ÁVILA es lugar de fiestas y tradiciones. La mayoría nacieron con un carácter religioso, pero en ellas no faltan un matiz pagano. A lo estrictamente religioso se suman otras actividades lúdicas, arraigadas en los usos y costumbres de la ciudad.
Al llegar a ÁVILA deberás realizar su visita de forma pausada. A distintas horas del día, la luz irá variando y matizando las arquitecturas de la ciudad. Su recorrido puede seguir el trazado de una ruta temática, pero también puede ser desordenado, descubriendo en cada calle, en cada plaza, un edificio, una cornisa, una ventana, una historia, una leyenda, una tasca, cualquier cosa que te invitará a volver.
Desde esta ventana abierta al mundo te invitamos a conocer una ciudad distinta que no te dejará indiferente.
No olvides visitar:
La Muralla de Ávila, la Casa Natal de Santa Teresa, el Monasterio de la Encarnación, el Convento de San José, la Basílica de San Vicente, la Catedral, el Monasterio de Santo Tomás y el Museo de Superunda.
La “Triada gastronómica” de la ciudad son las judías del Barco, el Chuletón de Ternera (dependiendo de la capacidad de cada uno de 500 gramos a un kilo de peso) y las Yemas de Santa Teresa. Con un menú de este tipo, quedarás saciado, agradecido y preparado para seguir conociendo las maravillas que atesora la capital.
Un menú de este tipo es fiel reflejo de la gastronomía abulense, fundamentada en los productos agrícolas y ganaderos de una provincia con gran diversidad geográfica y climática. Por ello, la legumbre es tan afamada al alternar la judía barcense y la carrilla (pequeña judía blanca con una pinta negra) de las riberas del Tormes con el garbanzo de la Moraña al norte de la provincia. Y en las carnes, el cabrito de Candeleda con el cordero del Valle de Amblés y el cochinillo asado o tostón del norte de la provincia.
Las formas de elaboración son de gran sencillez, primando la calidad del producto que proporciona, de por si, sabores originales, sin necesidad de aditamentos.
Pero hemos empezado por el final, por la comida, y hay un preámbulo que siempre debemos seguir como de obligado cumplimiento en nuestra visita a la ciudad amurallada y es el tapeo, el “ir de pinchos”. En ÁVILA toda consumición va acompañada de un platillo en miniatura de manjares de todo tipo. De los clásicos callos, las mollejas o la omnipresente tortilla de patata pasando por los bocatines, la empanada, etc., todo un gusto para el paladar por lo apetecible del picoteo, de ir degustando pequeñas raciones de variopintos guisos. Si se alarga el tapeo y ante lo abundante de las viandas, será el momento de decidir por el menú a degustar.

Valeriano Hernández Hernández

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